El Burj Al Arab es un hotel de lujo, siendo el segundo hotel más alto del mundo y uno de los edificios hoteleros más representativos, refleja lo más fino que el mundo tiene para ofrecer. Está situado en el mar, sobre una isla artificial a 270 metros de la playa en el Golfo Pérsico, la cual está conectada a tierra firme mediante una carretera.
El Burj Al Arab posee nueve restaurantes, entre los que destacan el Al Mahara, ubicado bajo el mar, ofreciendo una vista subacuática a través de un vitral, alberga miles de especies de peces en un gran acuario. En los postres hay una gran variedad para elegir, muchos de estos tienen el lujo de tener láminas de oro comestible. Toda la comida es importada, los champiñones son de Francia, el salmón es de Escocia, las fresas de Japón. Cada una de estas cosas llegan a diario frescas para los clientes.
La majestuosidad de las suites cumplió sus expectativas de demostrar lujo y grandeza, pero al ver el atrio pintado completamente de blanco, lo reprobó. La decoradora tuvo que rediseñar la apariencia del vestíbulo, añadiendo brillantes colores en el techo, fuentes de aguas danzantes, un espectáculo de luces multicolores y acuarios gigantes.
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